Veinte minutos de bici

Que le ocurre a tu cuerpo a los veinte minutos de pedalear
Aunque a estas alturas del año, y llevamos pocos días horas, todo el mundo sabe los beneficios tanto psíquicos como físicos que nos produce andar en bicicleta, no está de más que los recordemos sobre todo, si pensamos que en apenas veinte minutos, nuestro cuerpo ya empieza a mejorar.
Compartido o en solitario, el ejercicio de pedalear quizás sea el único deporte, que de forma inmediata, te produce una tremenda sensación de bienestar. Sin calentar, ni coger el ritmo, ni ninguna palpitación… nada. Solo bienestar, y por supuesto, una indescriptible sensación de libertad, de haber escapado de forma inmediata, de la rutina cotidiana. Algo que a veces a mi me empieza a ocurrir, incluso, cuando estoy con la bici cargada en el ascensor a punto de salir.
De forma casi inmediata también, mejora la circulación. En apenas diez minutos nuestras piernas están más ágiles, la circulación de la sangre ha comenzado a fluir y va notándose cierta sensación de soltura, de flexibilidad, de optimismo. Quince minutos después el sistema inmunitario comienza a reforzarse, ahora podemos producir más defensas, nuestro organismo frente al viento, el frío, la lluvia o el calor está más preparado. La sangre ayuda a ello, bombea el oxígeno y los nutrientes hasta el último rincón de nuestro cuerpo.
A los cuarenta minutos de pedalear ya se nota una considerable mejora en el sistema cardiovascular, también ha aumentado la capacidad respiratoria. Poco a poco se irá acelerando el metabolismo y en poco más de una hora, se alcanza un nivel de bienestar generalizado.
Pocos deportes, repito, nos pueden dar esta sensación en tan poco tiempo. Si seguimos, las mejoras se van consolidando y por supuesto, al mover los pies el ritmo cardiaco aumenta y por tanto, la presión arterial disminuye. Es decir, el ejercicio de pedalear ha llegado al corazón, ahora este late de forma distinta, pausada, acompasada, trabaja, en definitiva, de una forma más eficiente.
El riesgo de infecciones va a disminuir también, sin lugar a dudas. Al potenciar el sistema inmunológico, y aquí cualquier ejercicio anaeróbico al aire libre lo hace, se reduce drásticamente la posibilidad de contraer enfermedades, y por tanto, aumenta nuestra esperanza de vida, y sobre todo, en un estado saludable. El riesgo de cáncer también disminuye con el aumento del ejercicio. El colesterol también disminuye, sobre todo baja los niveles del LDL que es el llamado colesterol malo. Ayudará también al funcionamiento de los vasos sanguíneos y reducirá las posibilidades de que se calcifiquen. Las rodillas, en contra de lo que mucha gente cree, mejoran con el pedaleo y éste hace que funcionen mejor. De hecho, en muchas lesiones de rodilla donde cualquier otra actividad está desaconsejada, la práctica de la bicicleta es el ejercicio más recomendado por los fisioterapeutas. El hecho de que vamos “sentados” hace que nuestro peso no quede descargado sobre las piernas o las rodillas. Los impactos sobre las articulaciones quedan eliminados, y más sobre todo en los brazos, ahora que la mayor parte de las bicicletas de montaña tienen doble suspensión.
Andar en bicicleta nos ahorrará muchas visitas al médico. Sea como medio de transporte, como por diversión o como finalidad deportiva, la práctica del ciclismo nos reportará enormes beneficios psíquicos y físicos. Se generan endorfinas y por tanto, nos ayuda a sentirnos más felices.
Temas: Bicicleta y salud
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Comentarios
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01
1 febrero, 2016 | Antonio | toldos Almeria |
Gracias por la información, me es super útil. No sabía de esos beneficios por tiempo. Me los apunto porque son muy importantes, gracias..
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José Manuel Almerich
Escritor, geógrafo y ciclista de montaña, José Manuel Almerich es un apasionado de la bicicleta por caminos forestales y divulgador por naturaleza del patrimonio rural valenciano. Viajero incansable, ha publicado [...]