Escuela: Descompresión II

Aunque no es aconsejable, la descompresión es necesaria en algunas inmersiones.
La descompresión en el buceo es el proceso de eliminación de cierta cantidad de nitrógeno del que tenemos disuelto en nuestros tejidos corporales como consecuencia de haber respirado aire a presión. Como dijimos en el post Escuela: La descompresión el nitrógeno se encuentra disuelto en nuestras células y fluidos en forma de microburbujas. Para hacernos una idea aproximada del fenómeno voy a poneros un ejemplo: la gaseosa es poco más que agua a la que se le ha puesto en contacto gas carbónico a presión para que éste se introduzca en el líquido en forma de burbujas imperceptibles. Si la botella está cerrada y en reposo podemos abrirla muy lentamente y solamente oiremos un ligero sonido de gas pero casi no veremos burbujas. Sin embargo si esa misma botella la agitamos y la abrimos de golpe el líquido saldrá como si estuviera en ebullición: se han evidenciado grandes burbujas, que originalmente adoptaban la forma de microburbujas.
Pues bien, como dijimos en su día, al ir ascendiendo tras finalizar la inmersión se produce una reducción progresiva de la presión (consecuencia de que cada vez tenemos menos cantidad de agua encima de nosotros) y entonces las burbujas de nitrógeno que tenemos alojadas en nuestra sangre y tejidos se hacen cada vez más grandes con la importante consecuencia de que si tenemos demasiado nitrógeno disuelto no podemos subir sin más a superficie, sino que será necesario que en el ascenso eliminemos el exceso perjudicial de nitrógeno mediante paradas a determinada profundidad que permitan que a través de la respiración salga este exceso de nitrógeno de nuestro cuerpo; tendremos que hacer una parada de descompresión.
La profundidad a la que debemos hacer las paradas y su duración es algo que tendremos que conocer a través de las llamadas tablas de descompresión o bien por medio del muy popularizado ordenador de buceo que suelen llevar casi todos los buceadores y que nos ofrece instantáneamente esta información.
Una vez realizada la parada (en la práctica, sólo las inmersiones profundas pueden llegar a requerir de este protocolo) y tras salir a superficie no pensemos que hemos eliminado todo el nitrógeno disuelto; lo iremos haciendo con la respiración durante las 24 horas siguientes a la finalización de la inmersión y por eso mismo se aconseja que en este tiempo no realicemos ciertas actividades como ascender más allá de los 700 metros (nada por tanto de escalada o senderismo a esas alturas), no subir en aeronaves (las que están presurizadas lo están habitualmente a la presión existente a unos 2000 metros, muy por encima de la altura máxima recomendada), no deberíamos hacer actividades físicas muy intensas ni, sobre todo, realizar apnea pues cada vez que descendemos a pulmón aumenta la presión y al subir muy rápidamente las burbujas que aún tenemos disueltas se hacen grandes. Omitir las paradas de descompresión obligatorias o no seguir las recomendaciones postinmersión pueden causar la llamada enfermedad descompresiva o aeroembolismo, situación de serias consecuencias que podemos evitar muy fácilmente siguiendo los protocolos de ascenso.
Temas: buceo, deco, descompresión, disolución, inmersión, nitrógeno, parada
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26 agosto, 2010 | comentarista |
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Rafa Martos
Técnico Deportivo en AA.SS, Instructor de buceo y fotógrafo submarino, autor de publicaciones divulgativas de buceo y snorkel, editó el libro Buceo en la Costa Blanca y es [...]